lunes, 11 de julio de 2011

No sientas culpa de nada...

 Gracias: @ValencianaLaura

  1. ¿Culpable o inocente?
    La culpa es uno de los sentimientos más negativos que puede tener el ser humano y, al mismo tiempo, una de las maneras más utilizadas para manipular a los otros. Los psicólogos establecen que la culpa es la diferencia entre lo que hice y lo que debería haber hecho, entre lo que quiero y lo que debería hacer. La culpa es una emoción que te paraliza, que te impide seguir desarrollando todo el potencial que se tiene; la culpa es venganza y bronca contra uno mismo. Vivir con culpa es vivir con cadena perpetua. Es condenarse a vivir insatisfecho, victimizándose todo el tiempo por la vida que nos ha tocado vivir.
  2. Pecado Original (religión):
    A partir de la misma creación del primer hombre, Adán, la culpa y la victimización se metieron en el ser humano. La primera culpa nació en Adán por haberle hecho caso a Eva la fémina, y haber comido del fruto prohibido. Entonces, por culpa, Adán comenzó a tapar su cuerpo: ya no podía mostrarse desnudo delante de su Creador. Por culpa de Eva, dice la supuesta historia religiosa, Adán cayó.

    ¿Qué sucede cuando una persona experimenta sentimientos de culpa? Sufrirá privaciones y dirá frases como:
    • No tengo tiempo para mí
    • A mí sí me gusta lo que estoy haciendo, pero no vale la pena, no tiene sentido
    • No lo puedo lograr, mi familia nunca pudo alcanzar este sueño, yo menos, no vale la pena seguir insistiendo, etc.
    Desde el momento en que un obstáculo bloquea tu sueño y afirmas que no tienes capacidad para llevarlo a cabo, vives con culpa. La culpa es la emoción más obstaculizadora en el camino de los anhelos y objetivos. Te hará sentir que no eres merecedora de esos beneficios, que tu deseo es mucho para ti, y, en medio de un mundo en el cual cada persona trata de obtener ventajas y de aprovechar al máximo cada oportunidad, te sumergirás en la culpa dejando que otros tomen lo que es tuyo.
  3. Auto reproche:
    Es un sonido interno y continuo que te hablará y te pedirá recibo por cada palabra que pronuncies. Es un eco constante. Se trata, en síntesis, de esa voz amenazante que cada mañana, al levantarte, deposita en tu mente el primer pensamiento negativo del día:
    • ¿Cómo lo voy a hacer?
    • ¿No es mucho para mí?
    • ¿Por qué tomé esa decisión?
    • ¿Para qué hablé?
    Es una voz que intenta vivir en ti a la que sólo tú autorizas la permanencia.
  4. Pensamientos rígidos:
    Se trata de pensamientos que terminan haciéndote creer que el objetivo fundamental de tu vida es permanecer y subsistir como puedas, distrayéndote de esta forma de lo fundamental de la existencia: crecer, multiplicarte y cumplir tus sueños. Nos aferramos a dichos y voces:
    • Mis padres me repitieron durante años que por haberme tenido no pudieron estudiar
    • Mis padres me decían: no dejes la comida en el plato, piensa que hay chicos en África que se mueren de hambre
    • Siento culpa por haber sido abusada sexualmente
    • Me siento culpable por la separación de mis padres
    • Siempre remarcaban mis errores y por eso me sentía culpable todo el tiempo
    • Tuve un padre ausente toda mi vida y debí hacerme cargo de mis hermanos, pero no supe cómo; yo tengo la culpa de sus situaciones actuales.
    Las anteriores son ejemplos de culpas ajenas generadoras de insatisfacciones continuas. ¿Quién maneja el control remoto de tus emociones y pensamientos?, ¿quién decide qué pensar, qué sentir? Sólo tú. Las personas suelen decir:
    • El día me puso mal
    • Mi jefe me sacó de quicio
    • Me arruinaste la jornada
    • Hoy me saturaste

    Si escuchas estas frases es porque pusiste el poder que tienes sobre tus propias emociones en los demás. Así es como son los otros quienes terminan controlando cómo te vas a sentir o qué es lo que vas a hacer.
  5. Culpas ajenas, culpas propias, al fin de cuentas culpas:
    ‘Al hacernos cargo del hambre del mundo, de los que no tienen, muchas veces nos castigamos y nos sentimos mal por poder disfrutar de todo lo que está a nuestro alcance. Si bien poder ayudar al otro es un acto de amor, de misericordia y de compasión, lamento decirte que el hambre del mundo no se detendrá por tu auto- castigo’, afirma el Dr. Bernardo Stamateas en su libro ’Gente Tóxica’

    Libre de culpa y cargo:
    Todos tenemos derecho a ser felices y a vivir sin culpas. Todos tenemos cosas buenas y otras que no lo son tanto; sin embargo necesitamos conectarnos con lo bueno, con lo mejor que tenemos y seguir adelante.

Consejos para seguir:
  • Si te equivocaste pide perdón. Saber disculparse en un acto de grandeza, implica reconocer nuestros errores y cambiar la actitud. Si está a tu alcance, repara tu equivocación y a tu grandeza se le sumará paz.
  • Mereces ser feliz. Proponte disfrutar de todo lo que tienes, sabiendo que eres merecedora de todas las cosas buenas de la vida.
  • No decidas cambiar a nadie, sólo cambia quien decide cambiar, así de sencillo. La mejor manera de que el otro cambie es no queriéndolo cambiar.
  • Cada vez que tomes una decisión pregúntate si te ayudará a ser la mejor versión de ti mismo. Cuando proyectes con toda tu fuerza tus sueños y pongas en marcha tus objetivos, conocerás tu propia esencia, tu valor, y el dominio propio, ese que está dentro de ti.

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